Muchas personas atraviesan en sus vidas períodos en que una o varias ideas gobiernan en su forma de pensar, actuar y sentir. A ese tipo de ideas se les llama “ideas obsesivas”.
Veamos al detalle en que consisten:

Una obsesión es una idea intrusa que aparece fruto de algún acontecimiento de la vida de la persona ( a veces aparecerá fruto de un período de aprendizaje más bien largo) y que invade su forma de pensar. Esa idea aparece con alta frecuencia (prácticamente a diario), con una alta intensidad (es capaz de centrar la atención de quien la padece tan solo en ella) y con una larga duración. No estamos hablando de una simple preocupación sino de una idea más intrusiva. La idea obsesiva suele ser altamente repetitiva y obliga a la persona a volver y revolver sobre el mismo tema una y otra vez. Este tipo de ideas, si no se les aplica el control adecuado pueden generar un trastorno de orden obsesivo.

Las obsesiones generan habitualmente un malestar intenso en quien las posee. Ese malestar suele coincidir con la ansiedad. La ansiedad es todo un conjunto de síntomas, variantes en cada persona, pero que coinciden con lo que solemos llamar coloquialmente “nervios o preocupaciones” aunque con un grado mucho más elevado.

La COMPULSIÓN: La ansiedad, causada por la idea obsesiva, “obliga” a la persona a elaborar conductas encaminadas a calmar esos síntomas. Esas conductas quedan fuertemente asociadas a la obsesión y al cabo de poco tiempo la persona las ejecuta repetidamente, como si de un ritual se tratara. Hay diversos grupos de conductas compulsivas (directamente ligadas al tema que plantea la obsesión) de las cuales vamos a poner unos ejemplos:

 

Idea Obsesiva: Puedo contaminarme de virus o bacterias y enfermar. Las cosas suelen estar sucias y si las toco me contaminaré. Compulsión: Esquivar todo objeto sucio. Ir con guantes. No dar la mano a la gente. No pisar zonas sucias. Lavarse continuamente.
Idea Obsesiva: Mi mujer puede irse con otro. Al salir a la calle conocerá a otra persona y “me la pegará”. CELOS Compulsión de comprobación: Hacer constantes preguntas sobre donde ha estado con quien… Espiarla. Comprobar agendas…
Idea Obsesiva: Puedo hacer daño a la gente. Cuando conduzco puedo atropellar a un niño que me sale de improvisto y no darme cuenta. Compulsión de comprobación:Pasar repetidas veces con el coche para comprobar que todo este bien. Conducir de forma extremadamente precavida …
Idea Obsesiva: Al salir de casa puedo haber dejado el gas encendido y suceder una catastrofe. Compulsión de cerificaciópn: Verificar centenares de veces al dia el estado de la maneta del gas.
Idea Obsesiva: Recuerdo persistente de un hecho sucedido. Mi marido me fue infiel hace 3 años. Compulsión: Preguntar, obtener detalles de lo sucedido, investigar la historia, y todo ello de forma extremadamente repetitiva.

 

Percepción

Personas con Obsesiones y Compulsiones (OCD) tienen algún grado de percepción acerca de la falta de sentido de sus obsesiones. A menudo, especialmente cuando no están teniendo una obsesión, pueden reconocer que sus obsesiones y compulsiones no son realistas. Otras veces pueden estar inseguros acerca de sus temores o creer profundamente en su validez.

Resistencia

Muchas personas con OCD luchan para desterrar sus pensamientos no deseados y compulsivos y para evitar entrar en conductas compulsivas. Muchos pueden mantener sus síntomas obsesivos-compulsivos bajo control durante las horas de trabajo y escuela. Pero la resistencia puede debilitarse con el pasar de los meses o años y, cuando esto ocurre, el OCD puede volverse tan severo que los rituales que llevan tiempo pueden tomar posesión de la vida de los enfermos, lo cual impide que continúen desempeñando actividades fuera del hogar.

Vergüenza y secreto

Los que padecen de OCD muchas veces tratan de ocultar su trastorno en vez de conseguir ayuda. Muchas veces logran ocultar sus síntomas obsesivos-compulsivos de sus amigos o colegas. Una consecuencia desafortunada de este secreto es que personas con OCD por lo general no reciben ayuda profesional hasta años después del comienzo de su enfermedad. Llegado a ese punto, pueden haber aprendido a manejar sus vidas — y la vida de sus familiares — en torno a estos rituales.