- Procure no iniciar una confrontación sin antes saber por qué está ofuscado.
- Antes de enfrentarse piense en qué es realmente lo que quiere lograr.
- Si van a discutir, busquen un tiempo y un lugar adecuados en que cada uno pueda decir lo que quiera, pero sin causarle molestias innecesarias al otro.
- Comiencen las discusiones con el ánimo de resolver los problemas.
- Procuren no manipular la culpabilidad del otro.
- Si durante la confrontación se siente apabullado por el otro, dígalo y reclámele que le permita decir lo que piensa sin ser interrumpido.
- Disponga de tiempo para hablar y definir las diferencias.
- No busque peleas con el ánimo de conseguir atención.
- Cuando escuche al otro, trate de comprender lo que el otro quiere decir y por qué.
- A veces es útil que los contendores expresen por escrito sus diferencias, especialmente cuando el conflicto duele tanto que arriesga a llevarlos a peleas inútiles que sólo empeorarían las cosas.
- En lugar de insistir en tener la razón más vale admitir que uno puede estar equivocado. Hay que buscar la verdad.